supera y se libera del amasijo una voz placentera que se desplaza en busca de destino (o de otro)
Las palabras están aquí o allá, listas para ser conjugadas por el poeta, por el asceta, para hablarse a sí mismo…
1983, Antigua Guatemala, poesía
Las palabras están aquí o allá, listas para ser conjugadas por el poeta, por el asceta, para hablarse a sí mismo…
Los restos de mí concluyen en la tarde, languidecen de ajetreo o modorra acalorada pero fenecen.
No escribo canciones. Escribo poesía, la escribiría. Escribo lo que escribo sin pensarlo. Sin meditarlo, con esmero…
Allí en el abismo, donde comienza tu cuerpo… yacías inerte, pasivo; las aves carroñeras picoteaban entre tus entrañas, acarreaban tus vísceras, sangrantes…
Escribir algo, verte, ver la semilla de cada corazón, la raíz perdida y poco recordada…
Cual ambrosia derramada sobre despojos, cual brisa fría que hace llorar los ojos, cual obra de arte colgada en un supermercado…
Dame la vida, no quiero morirme sin tus poros unidos a los míos, para siempre.
Tan normal como un aborto, tan cotidiano como regalarte flores, tan absurdo como desvestirte, tan apasionado como estar en silencio, así es todo esto…
¿Por qué a nosotros el paso de los años sin ser más que un pueblo chaparro y subdesarrollado?¿Por qué a nosotros las malditas ondas consumistas, nublan la visión…?
Tengo un país atravesado justo allí donde me fluye la sangre. Duele cuando respiro y cuando trago.