¡Va empezar el silencio! ¡Va empezar el silencio! El silencio… EL SILENCIO… Antes escupe las notas de mi nombre

Querido, aún recuerdo la noche que te conocí. Yo llevaba el pelo recogido y unos altísimos tacones.

Soy tan sólo un intento de fogata en el frío decir otro día. Sin cerrar los ojos permanezco releyendo titulares viejos…

son más de las doce y mi ansiedad me duele, me duele en el brazo derecho, por no poder escribirte un sólo verso, me duele porque a tu sombra la he cortado en pedazos

vestidas de negro nosotras, con nuestras falditas cortas, —esque el luto viene de adentro y no cesa—

y no hay nada más que este inicio… de la nada, en el todo; y parece real, y parece tan anónimo

no necesito verte, sólo buscarte adentro, siguiendo el surco bañado de tu luz

el cansancio cierra tras de mí la puerta y se sienta ensimismado junto al lecho a ver la llama negra que hay en todo

Yo sólo espero esperaré / suicidio permanente pasada la media noche / Fuga de cielos / fuga de avenidas

Desde la sensación del tacto hasta las preguntas vagas, las respuestas estúpidas. Me haces falta en las palabras.