Te Prometo Anarquía

de los ídolos quedarán los cimientos pidiendo clemencia ante miradas que azuzan y desintegran el aire y el tiempo

jorge mario pérez

[JORGE MARIO PÉREZ]

 

LO AJENO DEL OTRO LADO 

 

Miro a través de la ventana,

observo los árboles que corren aprisa

A lo largo del tiempo,

de la saciedad.

 

Observar esos árboles,

montañas, personas, casas y estrellas

es como verlos muertos,

muy ajenos.

 

Bien muertos.

 

Es como ver por televisión.

Como atravesar las calles de Dili

en una Land Rover dos mil siete

viendo al otro lado

niños muriendo de hambre.

 

Es como intentar atravesar el vidrio a tu pasado

y tan solo tocar lo frío de tu imagen

que revuelve el estómago del presente

hasta provocar nauseas

y vómitos de sangre.

 

Es todo eso y más,

o simplemente eso y nada más.

 

No sé realmente lo que sea

talvez simplemente una fusión de arena,

silícea con potasa

que no me deja ir al otro lado

mientras miro tranquilo el paisaje.

 

NIETZSCHE ESTÁ MUERTO 

 

I. Ántrax perfumado

 

Tan sólo son paisajes transitorios.

Recuerdos vívidos de la imagen grotesca.

Un par de palabras al viento

o la sombra del árbol que ha desaparecido.

 

Pasado del pasado:

recuerdos del futuro.

 

La satisfacción de la ira

o la vejez de los libros,

lo que te regalo hoy, padre mío

en son de vituperio y travesía:

 

Paz sin amor,

bendiciones,

deicidios

y esperanzas.

 

Te regalo también

por medio de letras errantes,

mis delirios:

las revoluciones olvidadas

y las falsas promesas de un mundo mejor.

 

Te lo brindo, envuelto en historia

antes de que la muerte nos perpetúe

que la vida nos engañe

o el sueño lúcido termine, así, sin más.

 

Todo esto te lo ofrendo, matizado de esperanza

porque la luna nos ha abandonado

desde aquel día, en que Dios dijo:

Nietzsche está muerto.

 

II. Resurrección

 

…y desde aquel día

todo transcurre igual:

la paz sigue destruyendo naciones

y la violencia, rebrotando cardos.

 

Los hombres son materia inmortal:

camino al éxito en diez pasos,

igualdad de género

y putas por doquier.

 

La filosofía, tan sólo semántica.

La literatura, el asco del best-seller.

Los sueños son pesadillas

y las pesadillas, las esquinas de los barrios.

 

¡Ya todo ha muerto aquí!

 

Los aquelarres están agendados,

el infierno ya no está debajo.

Los bodrios adornan las vitrinas

a precios de remate.

 

De nada valió tu inmortalidad

ni los testamentos traicionados.

 

Te necesitamos, alma infiel;

Federico, bastardo pródigo:

romano, judío, gitano,

asesino loco de las calles.

 

¡Reclamamos tu presencia nefasta

en los corazones pulcros y santificados!

¡Tu naturaleza innata y traicionera

dadora de vida y de arte real!

 

TEDIO

 

Sentado

la mano bajo la barbilla;

ventanas grises

afuera del salón de la monotonía.

 

Lenguas ajenas

ojos que sólo cerrados menguan

la luz inerte de tu imagen

que desaparece en la pantalla.

 

Monotonía de terraplén,

rutina oxidada por el tiempo

congelando sueños de cristal

quebradizos potenciales del infinito.

 

Quisiera ver el arcoiris verde

Levantarme con la luz del día.

 

Pero no,

hoy llueve

y los motivos

desaparecen.

 

IDENTIDAD

 

Está bien,

prometeme no prometer,

no llamarme por cualidad,

defecto o afecto alguno.

 

Dejame ser lo que soy,

no guatemalteco,

no estudiante,

no lector, escritor

mucho menos poeta.

 

Sin edad:

ni fecha ni cronología.

 

Loco,

normal o demasiado…

necio, influyente.

 

Humano:

amigo o enemigo.

 

Quitame las capas

que sirven para juzgar,

la capa del desánimo,

de la alegría,

la insensatez

o la alegoría.

 

Sin nombres,

sin parentesco,

sin sombras

ni apellidos.

 

Nada,

absolutamente nada.

Conoceme en mis adentros,

perpetuemos el infinito empezar

para llegar a la esencia

tan desconocida tanto para vos

como para mí.

 

PARA PONDERAR SUS ACTOS

 

Cómo en nombre del progreso

troncharon el dominio del frescor y la verdura:

desgajaron la copa milenaria,

arruinando el vuelo del jaguar

y el ignoto semblante del quelonio.

 

Cómo en beneficio de un puñado de bárbaros

quemaron naciones enteras

de saltamontes y mariposas

y se bebieron todas las aguas

con divisiones criminales de tractores.

 

Cómo no les importó

que al bosque sucediera una pelada llanura

si con ello se abultaban sus bolsillos.

 

Cómo no tuvieron inconveniente

en envenenar el cielo y colocar más allá del cielo

los huevos latentes de la última

de todas las desgracias.

 

Cómo no satisfechos se lanzaron a la mar

ojiva en ristre

y se enaltecieron y se fotografiaron

entre vísceras de inocentes cetáceos.

 

Cómo nada extraño hallaron

en meter al hombre en una caja de gases

y en borrarle su memoria fraterna

a base de comerciales confort y hamburguesa.

 

Cómo sin ningún sonrojo

edificaron su fortuna

sobre el cadáver mismo de la vida.

 

No podemos ponderar sus actos

sin sentir rabia extrema y desconsuelo.

 

Cómo su brutalidad no tuvo coto

ni su iniquidad tangente.

 

Cómo fueron capaces de tanto.

 

Perdónalos tú Señor,

porque nosotros no podemos.

01 de febrero de 2011
1985, Coatepeque, poesía, Quetzaltenango

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