Te Prometo Anarquía

nada sofoca el suspiro intenso que sacude cuerpos y sombras atrapados en un cielo de olas y puntos lilas

andrés asturias

[ANDRÉS ASTURIAS]

 

IDILIOS

 

1

 

¡Oh, Amor! ¡Cantaste!

Y retumbó en el mar tu tempestad de sirena

Bajaron las nubes hasta el suelo

Subí yo a traerte y no estabas

Caminé hasta tus brazos

Me perdí.

 

¡Oh, Amor! ¡A dónde fue la moribunda rosa!

Más allá de la cortina de esperanzas nubladas

Encontraré la muerte como un vaso refrescante

Pletórico de agua de tus besos

Y yo estaré aquí debajo de tus pestañas

Muerto bajo tus susurros

Y me resucitarán tus caricias

Habrá luz en tus manos, si vuelves

Habrá otro cielo

Otras nubes

Y cesará la tempestad.

 

2

 

Camina, pues, hacia la sombra

Márchate del resplandor del mundo

Que te cobijen las tinieblas

Y te amparen los vientos.

 

Yo me quedaré aquí

Hasta que se nublen las horas

Como centinela vagando entre los siglos

Como olas que persisten en las peñas

Como las tiernas uvas, en el banquete olvidado.

 

3

 

Arden junto a mí

Los emisarios de la noche

Sus llamas despliegan tu olvido

Sus fuegos humean fumarolas que anuncian

Esta tela borrascosa de mis labios

Y aquel ritmo lejano de tus besos.

 

¡Ah, carcajada infame de la madrugada,

te robaste el vaivén de lo oscuro!

Hoy se fue hacia dónde no hay destino

El mañana se despidió

Me dio un beso, y se despidió.

 

4

 

Recuéstate en tu pasado

A contemplar la orquesta venidera

Oye, por favor, este azul enigma entre mis manos

Recuéstate en mi pecho

A escuchar los dulces tambores de tu ser.

 

Traga saliva

¡Oh! Muérdete los labios

Ríe un poco antes de amarme

Ríe mientras ames

Canta como el río mientras duermo.

 

5

 

Cinco son las glorias de tus dedos

Acaríciame como lo haría el agua

Llénate de ti y tócame

Obséquiame el don de tus dedos en mi cara

Pasa tu dulce mano en mi pelo

En mi piel, más piel si tú la tocas.

 

Tus dientes son muelles vacíos

Y yo te toco como quien no toca en vano

Hay temblor de deseo en tus labios

No hay más temor en tu rostro

Acuérdate a lo lejos de este dulce cielo

Y renueva, amor mío, la perenne rosa.

 

6

 

Si se hubieran cerrado tus ojos

¡Oh! sonámbulos ojos

Si me hubieran visto inquieto

Tus ojos incesantes

Sonámbulos e inquietos como nuestras bocas

Yo te habría enredado en mis brazos

No cesarían las sonrisas, ni los tiempos

El viento vendría si respiras

El aire se colmaría del silencio de tus noches

¡Pero jamás escaparías!

 

Calla, amor, lo que no deba ser escuchado

Que yo te escucharé la vida

Quédate aquí donde la niebla es poca

Donde el ayer agitado muere

¿Qué no sabes que hoy soy tuyo?

Yo si sé que hoy eres mía.

 

7

 

Te mordí y nuestras bocas

Me abrazaste y nuestros cuerpos

Nuestras caderas son dos versos…

Rimarán tus pechos con mis labios…

Estrofas enteras en nuestras miradas…

 

Y más allá de ti y de lo mío

Tu pelo será el templo

Guarida de mis besos ladrones

Y más allá de mí y de lo tuyo

Estará el nosotros.

 

8

 

Dulce Amor, hay poesía guardada en estas horas pendientes,

Y no sé hacia dónde llevaremos el relato.

Lleva tú el timonel

¡Mi intensidad será pujante viento en las velas!

Y es cierto: nos aguardan accidentes. Siempre habrá peligros.

¿Seremos desafiantes, intrépidos lo suficiente?

18 de enero de 2011
1989, Guatemala Ciudad, poesía

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