en esta mesa hay un libro de par en par, un mundo introspectivo, unas reglas cristalinas, humanas, premeditadas…
¿Ésta es tu respuesta a mi optimismo vida?
¿QUÉ SOMOS EN REALIDAD?
¿Qué somos en realidad? ¿Parte de una masa que se mueve sin ningún motivo realmente importante?
APAGO MI CIGARRILLO
Rara vez me siento así, algo perdido, como si me sentara en un bosque a esperar el frío. Sé que soy feliz, pero por hoy, el mercado de los sueños se ha cerrado. Mis pies regresan a la mojada tierra, se siente tan fresco; pero al momento de regresar me siento en un lugar desconocido, como si nunca hubiera estado aquí, no recuerdo siquiera que de aquí partí. Mi regreso siempre es así, unas cuantas lágrimas y todo listo, es mi tributo a la tierra por dejarme volar, supongo. Conseguí varios recuerdos mientras estuve allá, una concha de mar que me recuerda mi soledad estando en compañía, un boleto de tren, vendría a ser mi osadía, una ficha, simples momentos de locura, una botella tallada, un buen recuerdo, traigo en mi bolsón, muy al fondo un boleto de avión, un mes inolvidable y de nuevo un regreso a la tierra doloroso. Creo que eso es todo por mi primer viaje hacia esa tierra, ahora que estoy listo para viajar de nuevo, tengo miedo al inevitable regreso, en la sala oscura me di cuenta que así sería, mis lágrimas reflejadas en la pantalla, un suspiro hacia la derecha y un consuelo son todo lo que recibí. Pero por algún motivo estoy dispuesto a sufrir de nuevo. Espero que esta vez el dolor sea distinto, que no me quede con ese sabor a tierra en la boca sino al contrario, salga, por fin, con mis ojos viendo hacia el cielo, listo para un nuevo viaje, a otra tierra, por favor. Pero mientras tanto este taxi se empeña en llevarme hacia allá, llevo más expectativas de las que debería, apago mi cigarro contra la ventana mojada, el último, lo prometí, pero los sacrificios no aumentan, se mantienen y me traen mejores cosas. Las luces pasan, como advirtiéndome de mi destino. Un stop. Una calle a mi derecha. Mi mirada abajo. Doy gracias al conductor de mi destino sin saber si debo de agradecerle. Arreglo mi chaleco, abro mi sombrilla siento el viento frío rozar con mi rostro, sabía que debía traer bufanda. Mi reflejo en la ventana de ese auto amarillo me ruega que regrese a mi hogar, pero alguien me espera, mi destino, cierro la puerta, volteo y allí, sus ojos, su mano extendida, sé que me lastimará, pero cada momento será único. El taxi detrás de mí, parte en busca de otra víctima.
COMO ME SIENTO ALGUNAS VECES
No hablo, porque sé que mis palabras hieren y se clavan como dagas en los sentimientos de los débiles, hiriendo sus creencias y tambaleando su vida.
EL MERCADO DE LOS SUEÑOS
Un día mientras paseaba por la luna
compré una flor en el mercado de los sueños,
al llegar a casa antes de dormirme la besé, y se transformó en un corazón latente,
justo entre mis manos, guardé ese corazón en lo más profundo de mi alma,
como una joya única que sólo se encuentra en el jardín de los sentimientos,
decidí que ese corazón sería el motor de mis acciones y buscaría en él
ese impulso divino que me motivara a realizar mis sueños.
Mientras el corazón iba creciendo y llenándose de fluidos únicos compuestos de caricias y besos, mi cuerpo desarrolló alas, extremidades nuevas que me hicieron volar alto al cielo de las ilusiones divinas sin posibilidad de caer.
Busqué la forma de aprender a usarlas de una mejor manera
y conseguí planear sobre campos de soplos suaves que aumentaban mi velocidad
y conducían mi rumbo hacia un túnel de emociones nuevas y distintas
que hicieron que la calma volviera a mi vida,
simplemente otro día normal en el mundo.
1989, Guatemala Ciudad, poesía, prosa
04 de julio de 2009
Me encantó FÜR ELISE.
El optimismo es tan sólo institución creada para hacerte ver los momentos negros, blancos y los grises. Sí, esos, los grises que son los que más encuentras en las ilusiones.
16 de julio de 2009
in mai opinieon… el último fue el mejor. saludos