no se equivoca el secreto incrustado en el andamio en oscilar aunado al viento para volverse realidad y repellar la inmensidad de las intrépidas palabras
[WILLIAM MORALES OLIVA]
BUG
System error:
hacer de la poesía
una cuerda para el condenado.
Siglos atrás fue hecha por perros con arpa,
por locos, profetas,
sifilíticos,
asesinos, nobles,
por «tontos solemnes».
Hoy todo se reduce
a la mano del cajero.
A veces quisiera renunciar a la poesía
o que ella desistiera de mí
y dedicarme a la pirotecnia.
INFANCIA
Un duro cielo de metano y lágrimas ácidas
a mediados del siglo XX,
un patio oculto tras cantinas
oriundas al banco y a un podrido McDonald’s
donde diariamente morían un sinnúmero de huesos
que al salir venderían estufas y tv’s
o morirían en litigios vomitivos…
así recuerdo aquel hueco desconocido
que hoy llamo INFANCIA.
Hay que decirlo:
no hay palabra que pese en su memoria.
Siempre silencio de cueva
que ni Dios era capaz de romper.
ESTAMPA
El día se evapora en un estanque,
una tormenta se aproxima debajo de sus raíces.
Las gotas resuenan como grillos extraviados en la noche,
paisaje de insectos y ramas,
vestigio de una pintura.
Cigarras atraviesan el agua
y forman un grabado,
impresión vaga de un mundo flotante;
hojas secas dormitan en su orilla.
Ahí, donde todo se encuentra,
bajo el puente de Mannen,
las voces,
las hojas,
las nubes
se queman en el mismo vapor que las raíces.
Y es verdad que no existe semilla
y que las gotas son más suaves que el bambú.
La tormenta cesó tan pronto como inició.
MEDUSA
¡Cómo le hubiera gustado a Medusa
conocer que su culto, hasta hoy,
sigue vigente entre los hombres!
Le habría complacido, sin duda, este siglo inmóvil:
pez varado en el tiempo,
héroe infame cuya salvación fue negada
no por dioses o criaturas retorcidas
sino por la quietud de sí misma.
Como si en la muerte
hubiese heredado sus ojos a toda la raza
y fuese ella la auténtica e indiscutible mesías.
RORSCHACH
Yo soy un hombre bestia sin rostro.
Poseo un millar de cabezas
extendidas entre todas las criaturas,
tumores sin ojos y sin carne;
en la noche devoran el otro que no soy
y que es nadie y ninguno.
La paradoja del esclavo y la niña
mi lengua materna,
lapsus de la destrucción
entre el ayer y el nunca;
gárgolas blasfemas que desgarran
hasta la última gota de mi inexistencia.
Yo soy un hombre bestia sin rostro.
―Ni presa ni cazador―
vástago del aborto,
amalgama de mil rostros mutilados
bajo domos artificiales
heridos por sí mismos,
erizos del infierno.
Yo soy un hombre bestia sin rostro,
el rorschach de mi propio ser.
IN MEMORIAM
A la memoria de los pájaros
revelo uno de los misterios universales:
cuando ya no di alpiste a sus fauces frente a la catedral
supe que no eran ellos quienes se alimentaban de mí.
28 de noviembre de 2019
1995, Guatemala Ciudad, poesía