Te Prometo Anarquía

ahí, en las cavernas de lo inmaculado, encontraremos las recetas para refutar el revuelo de las pulsaciones y de los besos deconstruidos y pactados para un futuro ya olvidado

misael pablo

 

 

[MISAEL PABLO]

 

 

 

CARTA PARA QUIEN SE COMUNICA CONMIGO EN LA MADRUGADA POR EL CANAL 74 DE LA TV

 

No olvides dar tu segundo nombre

porque he preparado para ti

un mensaje a través de las constelaciones.

21 serán las veces que habrá amanecido nublado

para que comprendas,

que las señales que dejé volando en la oscuridad

se reflejará en el libro que lees

para comunicarte con el UNIVERSO.

 

Por qué te respondo,

porque tú sabes guardar el nombre de los espectros en el colofón de los libros,

porque tus ojos de equinoccio que igualan el tiempo

me hacen decir que temo cuando tengo hambre.

 

Yo escucho cuando lloras y tu gato blanco rasca la puerta porque tiene frío.

Sueño lo que te causa temor,

pero también sé que conoces cuando despierto en la madrugada.

Imagino mucho la forma de tu dedo índice

apagando el interruptor antes de ir a dormir,

por eso me detengo a entender lo que dices cuando preguntas por:

el significado del triángulo esotérico que llevo en la memoria

el color de la muerte

las formas que veo en la carretera cuando alimento a los perros

o el olor que percibí la noche en la que me soñé muriendo.

 

Por eso te respondo

porque

sabes que temo morir ahogado

con la boca llena de sal

y me has dicho el color de los ojos de Dios.

 

 

EL MUNDO Y SUS ESPACIOS

 

Alguien me dice que estoy equivocado y sólo pienso en Pripyat, en un reactor nuclear, Corea del Norte y el niño que come arroz en silencio observando un campo que no conozco. René me cuenta que ha muerto José. Aún no logro asimilar la muerte, pienso siempre encontrar a mi abuelo en algún momento del día pues es muy lejano el recuerdo de mis manos empujando su féretro. Mañana cuando las señales del Apocalipsis vuelvan telépatas a los hombres, podré decirle las cosas que pienso a muchas personas que no podrán aunque quieran dejar de escuchar mis palabras. El mundo es el mismo cerca de mis veinticuatro años, sólo con un cáncer mejorado que da efectivas muertes y el silencio en mi cuarto que es mucho más prolongado.

 

 

HOSPITAL

 

29 de septiembre del año en que quedamos solos

 

 

*

 

El instructivo del medicamento

tenía letras muy pequeñas,

aunque no se lea

el efecto es el mismo

hace olvidar el dolor

rojo de cada pastilla

 

—enciendes el radio,

piensas en el nuevo viaje

San Francisco

el avión

el atardecer tibio

en efectos secundarios—

 

esto no es culpa

de Mendel

ni de los químicos

es el destino

mi nombre

o tus uñas de color ciruela

 

—Subes al auto—

y el olor a futuro

te hace creer que todo es biológico

que somos una casualidad

un prototipo con error,

—ajustas el retrovisor—

algo ves en la parte trasera

—eres tú

pensando

beber agua

o beber tristeza—

 

algo no está bien en tu vientre

has pensado en mi

en las flores que viven

sólo un par de horas,

algo más late en tus oídos

y no es un ave

ni la palabra ovulación

 

es el pasillo hospitalario

que te busca

te advierte

que algo te morderá el

ombligo

perderás la vista

y sólo escucharás

los pasos de un niño

que vuela

y ronronea

por tu cornea

como espora

del polvo

 

 

*

 

No era recomendable dormir

con la tv encendida

pero en este sitio

el miedo

tiene rostro dulce

como catéter en tu brazo

izquierdo.

 

¿En qué pensabas

cuando el analgésico

recorría tus codos?

 

¿Pensaste en mi dolor?

 

Te imaginaba con

ojos de Molly Bloom

recostada en una cama

esperando a que yo volviera

con un par de tenis azules

y contarte que eran perfectos

para el cinturón

que me diste por mi cumpleaños.

 

pero no soy Leopold Bloom

no soy

quien puede subir con calma

las gradas de la sala de espera

a un quirófano

a la zona de maternidad

a un funeral

a ti

que me marchitas

porque cuento el tiempo

que tarda tu aliento

en formar una vocal

por tu garganta

 

porque

escucho a Pink Floyd

para olvidar tu aroma a Nueva York

y tus ganas de conocer

Madrid

 

porque

dormiste una noche

en la sala de emergencia

donde los espantos

de neonatos

repetían nuestras culpas

y yo no llegué a tiempo

para apagar la tv

para decirte

que me aspiraban

el alma

 

que yo también

sentí el filo

del Bisturí.

 

 

*

 

El blanco de los pasillos

me hace el más ausente de ti

dolor de ti

espasmo de ti.

Soy

el olor a antiséptico

la hemorragia interna

 

Soportaría

todos los catéteres del mundo

por un momento

de tu enfermedad sobre

mi pecho

porque

no es suficiente

un blister de

ansiolíticos

a los que marco

una letra de tu nombre

antes de tomarlos

para sentirte cerca

para creer

que de alguna forma

aun estamos juntos

en la ansiedad

en el castigo

en la llamarada

fétida de sentirnos

abandonados

 

en esta necesidad

de seguirnos buscando

por los pasillos pulcros

donde se respiran lamentos

y la esperanza

de ser inyectados

con la misma jeringa

para volver a ser

 

uno

 

 

*

 

Es tu primera noche

en un hospital

he pensado mucho

si te ha gustado la almohada

en la que duermes

si has sentido frío

si han recordado quitarte el reloj

antes de entrar

a sala de operaciones,

tengo muchas ganas

de dormir en la silla

que está junto a tu cama

que me pidas algo de beber

que me veas con ojos de enferma

llena de calma

de ternura

de alivio.

He guardado mucho silencio

desde este sitio

con el ánimo de escuchar

la cantidad de gotas

de suero que pasar por la sonda,

que te alimenta

que lleva mi pulso y el ánimo

que desde este lugar

de antihistamínicos

te envió

como se envía el amor

por una llamada telefónica

por una nota en un libro

o una película.

Pienso en tu primera noche

en una cama azul

con pronta mejoría

y siento como si

cada vez que te curan

le herida

te voy perdiendo

en un claro abismo

al que no tengo acceso.

 

 

LA ETERNIDAD TAMBIÉN TERMINA

 

No recuerdo alguna frase que mi Madre haya dicho. La infancia que tuve fue demasiado corta, siempre me costó hablar y a mis amigos siempre les importé poco. No soy un personaje de Camus, aunque quisiera correr con la suerte de alguno de ellos, para no tener que relatar todos los días algo que no puedo. Mañana inicio con el diario de los sueños aunque nadie note que todo estará escrito en primera persona.

 

Quise despedirme hoy de todas las personas, siempre las palabras fueron interrumpidas, supe con eso que cualquiera de las formas en que pudiera marcharme, no las notarían. Soy un reclamo muy grave por las faltas leves, siempre sé cometer errores porque no he podido despertar temprano, espero alguien trate de hablarme cuando ya no pueda escucharlo, porque sabré como mi abuelo que la eternidad no existe.

 

24 de noviembre de 2014
1989, poesía, prosa, Quetzaltenango

una intervención en “ahí, en las cavernas de lo inmaculado, encontraremos las recetas para refutar el revuelo de las pulsaciones y de los besos deconstruidos y pactados para un futuro ya olvidado”

  1. Pedro Amezquita dice:

    Buen espacio!!

¿algo qué decir?