del estanque se escapa el latido que golpea a la sombra, que penetra las lápidas históricas y las carnes perseguidas, procreando gritos necesarios e insolentes
EL ACEITE
El napalm que bulle de mi boca es amarillo
como los pétalos de tus dedos
que salen de las flores de tus manos
con esas miradas derritiéndome entre tus piernas
de negra conciencia.
El napalm que bulle de tus manos
lo has sacado de mi boca
mientras dormimos
y nos hemos vuelto soñolientos
amarillos como los árboles
que no podrán florecer en junio.
Ese Cortés Blanco que está entre tus piernas
lo has sacado de mi boca
mientras vivimos
floreció del concreto la muerte
y el dolor de nuestro tiempo.
Esa flor de napalm que está en tu vientre
la has sacado de mi boca
es Auschwitz en plena selva húmeda
es el dolor gris de Mesoamerica
en este pavimento donde nace el fuego
que arrasa la tierra.
Esa flor que has tatuado en tu pecho
la has sacado de mi boca
es una ilusión marcada en tu piel
con la angustia de tu generación
de genes amarillos desperdigadas en la cama.
Esa voz que has tallado en una piedra
la has sacado de mi boca
es el grito de mi madre
ante la muerte
ante la muerte de sus hijos de color violeta
que se han vuelto amarillos por culpa de la tierra gris donde yacen.
CONFESIONES PÚBLICAS
La nada es un suspiro
y el bien más preciado que tengo
quimera de la liberación
del dinero que no gano
del laburo que no tengo
de las penas que no mojo.
Pretendo trabajo bien remunerado
para dejar de vivir sueños
y solventar las cuentas de realidad
los saldos pendientes en tiempo
Reconozco las deudas
de edad y el espacio
del viento y la forma
Declaro haber fornicado
astuta, sagaz, despabilada y mano fatal
a quien se dispuso conmigo.
Confieso que soy alcalino
rapsoda de una prole sinvergüenza
alcohólicamente definida e ideológicamente correcta.
Revelo haber tomado la decisión justa de ser quien soy
tan auténtico con mi verdad
de impertinente franqueza
egoísta con mis sentimientos y defectos
que hoy rezo bajo las faldas de locura
y como maldición siento ser tan consciente
ya que pude haber sido un perfecto imbécil
por decisión propia.
SIEMPRE MUERTOS
Qué será que estoy escribiendo con locura las cosas que nunca tendré.
Roberto Hernández
Para Silvia
Siempre la existencia fue adyacente
las lobregueces ocuparon mi juicio
la luz huyó de mi perpetua fosforescencia
desertó de mis caminos de luminaria bruma.
Nunca pensé encontrar en la densidad de las tinieblas
la aurora en madrugada
una profunda y negra noche
que tropezó en la oscuridad
Pude escuchar ruidos de luz venérea
en las sombras resplandecientes del profundo silencio
aturdidos vivimos muertos.
La esperanza me besó dos veces
vestida de negro con una flor áurea en el pecho
fui secuestrado por su tez
los márgenes de sus muslos en mis oídos
cruce de caminos en afonía
sacudió el asfalto de mis pies
en esta confusión efímera
del susurro que espera la quimera encadenada a su mirada
pernoctando la percusión al dolor.
Talvez el mañana no exista
Y talvez sólo seamos del recuerdo
continuaremos exánimes al no dejar amarnos
siempre existiremos inanimados con el viento
haremos muecas con las horas
torceremos los minutos hasta forjarlos como siglos.
Después de todo
siempre insisto con demencia en lo que nunca tendré
esas alas transparentes que me injertan gloria
el aguamiel de su sexo
esas hartas ganas de saborear sus muslos sobre mis espaldas
fraguarme tal cometa fugaz dentro sus fauces
tal vez mañana estemos muertos
y militemos como fósforo en la tierra
seremos elementos de esta misma conjugación de verbos
una cruz tallada en los árboles extintos
una lucha fracasada de lazos ciegos
unos faroles antiguos y usados apagados por los siglos
y tal vez entonces seamos elementos activos
vivos de estas luchas interminables
de torcernos ante la forma
vivaces ante quienes fuimos
y no quisimos ser.
EL PARACAÍDAS ROTO
Ejercicio Público de un Suicidio
Y ahora mi paracaídas cae de sueño en sueño por los espacios de la muerte
A la verga Vicente Huidobro.
Para Silvia
Voy detrás de tu mirada de ojos silenciosos
marcho en caída libre hacia la muerte
desapareciendo cada segundo
queriendo aferrarme a la nada
que nunca tuvimos
acariciando tu espalda
como lo hacen los zíperes de una guitarra
percutando mis manos como queriendo agarrar un sueño
transitando como la aurora frente a casa
por unos segundo dejando su canto
acelerando el dolor
y el ritual de despedida
urgiendo los golpes de la neblina gris entrando por mi garganta
voy hundiéndome detrás de tu sombra
queriendo aferrarme a la ficción
ando como siempre ando
con el paracaídas roto como tengo la costumbre
como un fantasma
persiguiendo utopías
y desvaríos teñidos de sangre
voy acostumbrándome al vértigo de tus palabras
cayendo al fondo del vacío
donde la luz me deja ciego como lo hacen tus pupilas
voy cayendo dentro de tus ojos
a la vana sinfonía de tus muslos
corro detrás de la muerte de marzo
me aferro a lo que conozco
las sombras amigas de lo perdido
tus palabras evaporadas
queriéndolas apilar antes de tocar tierra
voy preciso hacia el fin
desangrándome por heridas diáfanas
rompiéndome los núcleos traslucidos
queriendo agarrar el capital transparente
que soltamos
He saltado al vacío continuo
despreciado voy al infierno
pareciera que alguien me espera más allá de la dura acera
que muchas veces sirvió de almohada
parto desplomando el viento de mis prendas interiores
me ausento anhelando la gravitación
pretendiendo tener alas pétreas
que salen de mis ojos como cristales astillados
y solo caigo prófugo de la gravedad
desmoronando cada palabra que he enterrado en mis oídos
demoliendo las memorias
descendiendo sin parar al silencio
desintegrándome en la afonía de tus ojos
hundiendo mis pasos en lo profundo de la apariencia
juzgándote alejada de la cama
remota en tus detalles que lograste
en esta caída amargamente férrea
pocos elementos ha rematado mi marcha al elevarme tanto
que el desfallecer se vuelve un desierto viaje al vacío
Voy buscando un lugar donde caer
codiciando tu lenguaje
esperando abriles en verbos
aguantando el vértigo que se vuelve agudo
hasta reventar mis oídos en soledad
abriendo una herida en la tierra como en mi pecho
para sepultar la nostalgia de un solo golpe
molido voy desintegrándome en el concreto
hasta gravitar de nuevo en la muerte.
LA RULETA A 4 VERSOS Y UN DISPARO
Llamáme libre del revoloteo del canto
del deseo industrial
escucháme cuando esté la recamara vacía
llamáme emancipado de la muerte
cuando encontrés el plomo dentro de mi juicio
la munición no corta ni siquiera el olvido
quemá las cruces blancas que has plantado en el camino
enterráme en esa fosa sin nombre que llevas en tu pecho.
Escucháme cuando me haya ido
en estos punto cuarenta y cuatro milímetros de furia
date cuenta que ya no estoy en mi abandono
que soy el ausente en esas charlas
no me recordés en la vida
exclamá como se flama el olvido.
Llamáme cuando veás mis ropas negras y mi rostro gris
escuchá mis palabras a tu oído
en la esperanza errónea de un recuerdo
conmemora la migración de la serpiente enrollada en esta ruleta
date cuenta que nada es un juego del azar
la muerte es una decisión que nos tomó por sorpresa
cuando decidimos atenderla.
Qué provecho tendrá
si ya no atesoraré ni siquiera nostalgia
soy alguien sin importancia
que seré olvidado en días
un anónimo desconocido en tu memoria
un desaparecido evaporado en tus brazos
ochenta y seis centavos de tedioso plomo en el tambor de este revolver
un padrón en la sala de reuniones de quienes llevan el pueblo al desastre.
Llamáme con el nombre de otros
y que se te olvide mío
pronunciálo con voz fuerte a medio día por las calles
pintálo como se pintan en los documentos
un acto de resistencia al dolor
hacélo libre como he sido ante la muerte.
DAVID DUKE. (Usulután, El Salvador, 1979). Fundador del portal web Resistencia Musical (2007). Ha participado en diferentes lecturas de poesía a nivel nacional e internacional como el Festival Internacional de Quetzaltenango, Guatemala, 2012 y el Festival Internacional de Poesía Joven, El Salvador, 2013. Sus textos han aparecido en revistas nacionales e internacionales: El Mercado, Suplemento Tres Mil, Ixpapalut, etc. Es parte de la antología La generación del fin del mundo – Poesía centroamericana comprometida (Revista Hispanoamericana de Cultura Otro Lunes, México, 2013), así como de Un tapiz en el Centro – Coro de poesía contemporánea de América Central (Revista Intercultural Omni Bus Nº 45). Ha participado en exposiciones de pintura en El Salvador, Estados Unidos, Perú, Cuba, México, Honduras y Guatemala.
13 de mayo de 2014
1979, autor invitado, El Salvador, poesía, Usulután