caerán los muros, la piel agrietada, las ganas enfermizas y arderán soliloquios entretejidos alrededor de una hoguera maloliente
/13/
Flores infernales en mi boca
Cartas vacías desechas sobre el inodoro
Canto de sirenas ebrias, sonando de fondo
Mi pulso marca el ritmo
Del grito, de la ciudad rabiosa
Se alzan los lamentos
Cacofonía urbana
En un oscuro callejón nos une el desenfreno
Mientras las balas se conducen por la calle
Tan de prisa van, buscando el calor humano
NARCISO
Leo tus palabras sucias
De anarquía derramada en papel
Salmos matutinos
Tu subversión es mi credo
La inocencia se pierde
Entre párrafos y sonetos
Inventaré un dios a mi imagen y semejanza
Es más, ya lo veo
Reflejado en el espejo
/23/
Soy el dueño de mi imperfección
De tus mordidas en mi espalda
Soy una bestia dormida
En el océano de oleaje pacífico
Que se torna violento ante la traición.
Me arranco la piel,
La cabellera, los genitales
Me despojo de mi lengua sucia
De estos ojos lunáticos
Renuncio al placer
Despido a mi dios
Vendo mi patria.
ESQUIZOFRENIA
A veces es un susurro en tu silencio
O la inspiración de tu tragedia
Tú monólogo interno
¿Quién puede callar todas las voces de adentro?
¿Quién puede ahogarlas en el fondo de su abismo?
Estático y frío
Cuerpo neón
Coraza de infinita locura
Suave espejo mental
Acorralando la pasión
Capullo que envuelve
El cuerpo etéreo.
EL VIAJE ÁCIDO
Dani recostado sobre el sucio sofá del perro, con la jeringa entre el brazo. El tren golpea salvajemente el carrusel. Su viaje ha comenzado.
La luz sobre la pirámide se extingue, la respiración es extrema. Elefantes rosas / marmotas rojas / traseros con ojos / estiércol psicodélico.
Trece segundos / Tres contracciones / Sobre el suelo como un feto / casi sin vida / el corazón palpitando sobre mierda.
PANFLETO FINAL
Ya nadie dice nada
Porque le cortan la lengua
Y le queman en la hoguera inquisidora
Ya nadie grita
Ni protesta
Ni tan sólo una queja
Es tan común ver una flor muerta
Y ver balas danzando en el viento.
19 de marzo de 2014
1990, Guatemala Ciudad, poesía