ahora que la Ciudad ha sido arada, tiernos latidos de sanguaza desgarran el aire sobre yertas sombras de carne perseguida
EL PERFUME DE JUÁREZ
A las mujeres asesinadas de Ciudad Juárez.
PARTE I
EL PASEO DE JOANNA
Te despides de tu madre
apenas un metro y medio de manos
un metro y medio de caricias
antes de irte a la escuela
a la farmacia
a cortarle las alas a la mariposa
abierta del himen
a la embestida del tren de otoño
a la bala
sonriendo
en el cuaderno de matemáticas
para aprender a sumarle muertes
a la calle
te despides de tu madre
Joanna
con el pan
sangrando la madrugada
bajo el brazo
esa media luna
asomada
al balazo que te dieron en la esquina
para lamer tus iniciales regadas
apenas un metro y medio
para recoger tu sombra
en medio de tu sonrisa de despedida.
EL PERFUME DE CIUDAD JUÁREZ
El humo de la cocina
tiznando el timbre de la fábrica
ese edredón sin acabar con las barbas del sol
el olor de tu falda
campana del celo
el humo recién horneado de los cañones
parece desfigurar tus pasos de cartón piedra
la mujer de Juárez
apenas saca el meñique para tocar a la luna
apenas sabe nombrarse sin ajar las cruces del camino
ella sabe como deshilar mi mano de jaspe
el pulso del asfalto
cuando los pájaros se hunden en el vino de las tardes
lo sabe
y sé reconocer
su desnuda palabra
al tocar mi pequeñez con sus rezos
nunca la muerte tuvo tantas
semillas en el polvo
en la desierta luz vegetal de los bosques.
EL DESIERTO
Balanceándose
la ciudad es una telaraña
atrapa
la pálida fosforescencia de las mañanas
el semáforo
es una lengua
desatando la desolación de los lunes
CON SED EN EL MOTEL
LA MARCHITA PALABRA EN LA MACETA
DEL PASILLO
APENAS MENCIONA
LOS MORDISCOS DEL PAÑUELO
CON LA TINTA AHUMADA DE LA BOCA
Los faroles parecen cuchillas afilando
las pupilas en la ciudad
balanceándose
la telaraña
atrapa
los crines del acero furioso
ese huésped
de las dunas sin pasaporte
para el indocumentado
un revólver apenas emociona a la noche
quiere ser estrella
lumbre sin sal
en una lágrima
que narre la vida
el frío de la arena costurera
a la hora de abrazar un cadáver.
EL CAFÉ DE LA FUNERARIA
La taza de café es una boca
con acordes de duelo al filo de la noche
abre su grito de yodo
en la sutura de los hospitales
habla sin cesar de los muertos
de las historias de Mathilda
la niña guatemalteca
con poliomielitis
gime fingiendo orgasmos con la tierra
al final somos uno
dicen las abuelas
acostumbradas a rezar por las almas perdidas
la taza de café de las funerarias
viste de negro
tiene el rostro largo como un arado
como un enjambre desnudo
a la hora del llanto
o del recuerdo
de que eran jóvenes
y no debían de morir.
LOMAS DE POLEO
Pálido es el corazón del agua de la fuente
la huella digital en la morgue
lo es cuando caminas en el desierto
la sed llama desde las arterias
cada vena se contrae
los huesos son epígrafes de la carne
el estómago tiene dragones de polvo
lanza piedras a la pequeñez de la vida
es opaco como el acta de nacimiento
en el fondo de la saliva
del alcohol añejo de tu padre
el pederasta del pueblo
de donde saliste huyendo
el corazón es una piedra
latiendo con los pasos
de cualquier nacionalidad
Honduras
Guatemala
El Salvador
Nicaragua
México
países reclinados
en la cruz de arena del norte
en el muro sordo de la noche
a la altura profunda de los mares
en la luz hambrienta de la frontera.
EL CLUB 15
El coyote
tiene su cayado hundido
en la barra del bar de Juárez
sonríe con su dentadura coronada de oro
donde
la palabra muerte
cerveza
pistola
puta
son sus favoritas
a la hora de iluminar los muros
con sus babas doradas
sus molares de nublado bronce
apenas saben leer
aprendieron a apretar el gatillo
a disimular cuando la niña de quince años
quería irse a su país
quería venderla
el coyote tiene sus huesos hundidos
en el trago de mezcal
el gusano es una bengala más
en el fondo de la botella.
LA MULA DE MARÍA.
Son sólo cristales
María
disfrazados como zafiros
sólo eso
bocetos nublados para ser tragados
no son estrellas
No duelen
tienen la refracción del viento
las llagas de unos dedos de tanto amarrar
preservativos
no duelen
son un pequeño paréntesis
para pagarle a tu sombra plateada
el negativo de tu columna vertebral
las sales
petrificadas de tus mejillas
en la comisaria
en cárcel de mujeres
son sólo resplandores
obligados
María
para quitar el hollín de tu casa
las barcazas de tu tejado
los fogonazos de la pared al crujir
con la medida de los dolores de tu familia
en cada temblor
son sólo eso
tu estómago será una ballena blanca
lista para remansarse
en la cama del hospital
cuando se rompa el dorso del sueño.
CUARTO DE HOTEL.
Anochece
una aguja líquida empieza a asomarse
en la ventana
apenas llegamos ayer
balas listas
pistola recién comprada
bolsas negras
kerosene en abundancia
apenas llegamos ayer
la mujer secuestrada
muestra un estanque perlado en sus manos
unas uñas de cierzo dulce
muestra
el planisferio blanco de su ano
el alabastro rumiante de sus labios
con los golpes
ronca
a veces cuando el cansancio vence
su aorta
su indecisa cabellera núbil
al rodar por el suelo
apenas llegamos ayer
y ya quiere morirse.
LA BALA PERDIDA
La bruma
hay que echarle la culpa a ella
siempre fui buen tirador
en cámara lenta podía drogar los cascos
del aire mismo
juro
señor juez
que ha sido la bruma
ese televisor lacrimógeno
el dactilar relámpago que no me dejó ver
juro que ha sido ella
con su guante de crepúsculo
con su micrófono submarino
diciéndome
no fallarás
el niño muerto es una baraja mal cortada
nada más.
UNA CANCIÓN DE THE BEATLES
La radio de Juárez
tiene la voz borrascosa
más dura que la sirena de una ambulancia
Lennon se abre paso a través del smog
el semáforo está circuncidando el asfalto
espero poder pasar mientras me como las uñas
no sé si es más agradable
escucharle a él desde esa pequeña tumba
que una lectura solar entre los dedos
calientes
por el aliento de las balas
me han disparado en el bulevar Zaragoza
en el vértice de un poema pronunciado por el aire
en esa esquina donde el tiempo hace una pausa
en un anuncio de neón
me dieron un tiro en la frente
lo hizo el niño de la bicicleta
con rostro de carnero
inocente
con ojos glaciales
al cobrarme por las piedras de crack
llevaba la piel rota
y esa sed en la mirada
que llevan los asesinos.
RAMÓN EL PERRO
Usaba los aullidos de los perros
como señales
para saber cuando la judicial se acerca
moliendo el polvo de la calle
las estrellas trituradas
en el ombligo de los relojes
al sonar la medianoche
los usaba con el silbido de su cinturón
al golpear con fuerza
el ecuador crispado
de unos ojos adolescentes
sin duda
recordaba
cómo su padre
desfloraba la contráctil corona de su virtud
pobre Ramón
el perro de Juárez
nada más sabe ladrarle a las mujeres
nada justifica
arrancarle a mordidas el seno izquierdo
a una niña de diecisiete años
el ano de Ramón también ladra
como latido marino cada vez que mata.
LOTE BRAVO
Los aviones
son relámpagos ahumados
islotes rotos
por el lácteo anillo de la noche
los tiernos faroles de la ciudad
los que apenas saben nombrar a las mujeres
desapareciendo
con el ronquido de su pecho
los aviones apenas saben que vigilan
el brillo de un fémur
el camuflado amor
de los sepulcros clandestinos
una carta ensangrentada
quizá mostrando sus silabas
desde una dentadura
en Lote Bravo las muertas saben sonreír
al sonoro olvido de los pasajeros
cerca
del último viaje bajo tierra.
NOÉ LIMA. (Ahuachapán, El Salvador, 1971). Escritor, poeta y pintor. Fue miembro fundador del grupo literario Tecpán y desde 1994 participa en diversos encuentros poéticos, dentro y fuera de su país, entre ellos pueden citarse: Manifestarte, Barrilete, Industrial (Guatemala), VIII Encuentro Internacional de Escritores Eunice Odio (San José, Costa Rica), II Festival Internacional de Poesía El Turno del Disidente (Tegucigalpa, 2012), VIII Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango (Guatemala, 2012) y C.A-6 (Managua, Nicaragua, 2012). Fue miembro del equipo coordinador del suplemento cultural Altazor del diario El Mundo de El Salvador. En su haber tiene los libros Efecto residual (Ediciones Mundo Bizarro, 2004) y próximos a publicarse: Pabellón psiquiátrico, ERÓGENA EN 3D y Zumbido.
10 de febrero de 2014
1971, Ahuachapán, autor invitado, El Salvador, poesía