un cuerpo, es decir, un poema asesinado por el cielo, yace en la mesita de noche entre ronquidos seminales, estertores dolientes y normalidad excéntrica
[CARLOS MEZA] * * * * * * Las horas están muertas Es una cascada de sueños sonámbulos Que rondan Las zonas lejanas y la inquietud por un ladrón que bulle Los pensamientos de una dura extrañeza Los días Un escupitajo que miles de ciegos llegan a ver Se levantó Frank […]
1985, Guatemala Ciudad, poesía