cuando la ingrávida soledad de la mirada ambulante buscó adosarse al rumbo y al destino, la Luna, presurosa, rehizo su presencia y fue esmeralda
fotografía © flor de maría pérez
ESPEJISMO
No he vuelto al mar desde entonces
ahora sé
que vendrás y no a verme
vendrás y no existiré
la Luna ya no brilla
despertarás en mi tierra, en mi país
no habrá ojos tristes a tu lado
hablarás de amor y no podré escucharte
no podré decirte tanto
EN EL CAFÉ
En ocasiones me visita
—no tengo nada que contarle—
ni del dolor
ni de las caídas
ni del incendio en mi memoria
tampoco del agua que cubrió la casa
no sabe que entre más grande es su ausencia
me ha dejado de hacer falta
LUNES
Juntos nombramos cada ola
cada minuto
el mar dejándote ciega frente al mundo
es decir
frente a mí
Aún creo que vivo
en ese atardecer
en las campanas
en mis palabras
en el ventilador que sigue ahogando nuestras
lágrimas
El bar donde entre risas creímos en la vida y pensamos en el pasado
el velero que nunca salió del cuadro
los focos que no dieron luz
la rocola
el baile, los besos
el vestido infinito
el Caribe
Todo mi ser que llegó a tus manos en un suspiro
el mar lo bautizó
SOY DE LOS QUE NO CONSIDERA
HACER DE LA DISTANCIA
UN OBSTÁCULO HE AQUÍ UNA PRUEBA DE ELLO:
el libro que prometí
ya existe
desde entonces admiro a la gente
que nunca logró escribir
lo que realmente sentía
RECORDATORIO
El beso de despedida
el Bar Perú
el loco en San Pedro Sula
el mar que te cegó
los besos que cantamos
el abrazo más frío de mi vida
las madrugadas y el final
la Luna, nuestra única compañía
las imágenes que borraste
los buses que separaron nuestros caminos
tus veinticinco años
mis palabras antes de partir
los papeles en tu cuarto
la única canción
Picasso y su extraño mundo
las luces apagadas
¿existió?
SI NO FUERA POR LA LUNA
Si no fuera porque agradeces tanto
la semana hubiera terminado igual que todas
despotricada en recuerdos
en los bares que pronuncian tu sombra
al fin de cuentas
los anteriores textos que guardo en la mano y en el alma
le hablarían de ti a la eternidad
GABRIELA
Gabriela es una niña risueña de vestido blanco
Gabriela adora a la abuela y extraña a su madre
Gabriela es impulsiva
Gabriela reflexiona media hora cada mañana
ama las fotografías y la naturaleza
quiere comerse al mundo
Gabriela le teme a la distancia
se aleja de Peter Pan
Gabriela se aferra a mi cuello mientras las olas nos golpean
cuando duerme es una niña indefensa
Gabriela tiene labios pequeños y usa anteojos vuela no me espera
Gabriela tiene un atrapasueños
se ríe de mis locuras
Gabriela salta conmigo frente a mi casa
y siembra un árbol frente a la suya
***Textos extraídos de Días de Luna (Metáfora Editores, 2012)
03 de abril de 20121983, poesía, Quetzaltenango