acierta el disparo de la noche que lubrica el sexo de las horas limpias y frondosas, en el momento en que se empañan los cristales y se eleva la hojarasca
salen gusanos de mi boca, mi aliento apesta al amor que defequé en el pasado, no intento más llenar tus oídos con palabras
1992, Guatemala Ciudad, poesía, prosa