déjate cernir por la oscura habitación hasta que los hilos se rompan y caigas de bruces, el juicio perdido y los ojos hirientes, sobre tus entrañas
[EDGAR GONZÁLEZ]
un tornado crece y se achica
mientras sigo los pasos de un espectador confundido
algo hay detrás del telón
otra obra me es presentada
y aún con la incertidumbre y el temblor
cierta calma se escurre entre las cejas y los párpados
alguien espera
escucha y espera pacientemente el momento de arribar lejos del desierto
de la soledad eterna
del sufrimiento voluntario
cuál es el camino, cómo andar y hacia dónde dirigirse
será el fruto de tanto accidente absurdo
incoherencia espiritual
necedad abstracta incomprensible
congregada en un centro de colores opacos
arraigados en las pupilas y los tímpanos
los dedos se retuercen y la piel se da vuelta cambiando de color
de olor, de textura y sabor
¡cuánto te extraño futuro negro de viejas canciones por componerse!
¡hirientes insultos venideros que suenan sin haber sido pronunciados aún!
¡tantas palabras dichas en tiempos aún no existentes!
* * * * * *
y seré la verdad
no una verdad sino el tiempo entero
el espacio con sus vacíos
y todo yo en ello
yo llenando el infinito
yo vaciando mi ser en el vacío sin fin
lluvia de astros seré
viento solar
agujeros negros
lunas, tierra, mar
seré tú y tu corazón
tu peor enemigo
tus amantes
y el útero de tu madre
nadando en la oscuridad de la nada
tendré los ojos de la vida misma
para ver mi muerte
y la tuya
y la del cielo también
* * * * * *
mi vida es sólo un vago intento por entenderla
un intento formado de otros miles
que la esculpen como un gran monumento a la mediocridad
tiene mi rostro, no me quejo
* * * * * *
quiero cantar y bailar en tiempos de muerte
y gozarme
y sonreír sabiendo que todo es mentira
que la verdad no me pertenece ni es humana
¡Dios está blasfemando!
* * * * * *
he dejado de prometerle al espejo
al rostro de la enfermedad
ese rostro de mirada morbosa y sonrisa siniestra
que me observa cautelosamente y con desconfianza
desde un reflejo difuso
aún no distingo si soy yo la enfermedad
o si la enfermedad tiene mi rostro
* * * * * *
no hay bromas graciosas
esos son juegos ajenos
no deseo perderme en el brillo de las nubes
porque la incongruencia es cosa fácil
fácil es engañarse
y perderse
y permitir al ser caer profundo
y dormir
y no despertar
sólo es un movimiento
un suspiro
un parpadeo
solamente una vez será para no volver jamás
¿cuánto más se oculta detrás de mis ojos?
* * * * * *
sigue creyendo que la línea de tu línea cesará levemente
en algún instante de plácido abandono voluntario
continúa con tu fe
triste fe falaz que te cuenta todo lo que deseas y nada da
tu alegría es autocomplacencia
tu tormento autoflagelación
y tu fe sólo observa
luego vuelve lo normal
a implementar el orden ficticio
de la cotidianidad insípida
* * * * * *
la ceguera no es precisamente oscura
la oscuridad puede ser tan blanca como la luz
estoy ciego de tanto ver
* * * * * *
mi cabeza es un viejo techo podrido desmoronándose
cayéndose en pedazos
carcomido por mis pensamientos
mis pensamientos como ratas y cucarachas
como alimañas de alcantarillas husmeando por mi mente
soñando que el infinito era yo
y que el universo estaba en la palma de mi mano
en la punta de mi verga
así volví a caer
* * * * * *
luego de ver la vida desde la muerte
es tan fácil caminar sobre la tierra
sobre los árboles
sobre el agua y el aire
todo es tan fácil en este mundo
cuando uno conoce las tinieblas del infinito
y ha jugado en las manos del tiempo
***Textos extraídos del libro inédito Sin sano juicio
09 de enero de 2012
1972, Guatemala Ciudad, nosostromos, poesía
09 de enero de 2012
…o somos la enfermedad o somos la cura
y otro rostro mas de la veredad
SAludos,,
17 de enero de 2012
Cada verso es un golpe para el espiritu. Asi me gusta la poesia. Fuerte!
30 de enero de 2012
Me cago de la emoción y aplaudo de pie.
28 de julio de 2012
Finalmente. Bravo!!!