son más que ausencias cuando se materializan fuertemente en un tejido de latidos pululantes
ESCENA DE UN CRIMEN
Me he quitado la cabeza y la coloqué
en la librera de enfrente observando,
absorta,
mi cuerpo.
Comer,
cagar,
llorar,
fumar.
Tuve tos,
escupí un par de balas
que mataron un par de pensamientos,
ambos intencionados
y mordidos por el moho de la ira.
Ahora vomito,
¿nos seguimos matando?
SIMPLE DESEO
I
Deja que se caiga el cielo
mi habitante prontuario,
deja que musite, rebuzne y se desgarre,
deja que rompa el suelo y las venas abiertas
de los sueños,
deja que sucumba necedad
quinceañera vestida de necesidad,
deja que el hambre nos parta en veinte
muelas ciegas de verdad.
Deja que llueva, mi amor
que se deshaga el suelo
los caminos y las simples veredas
para que todos se acaben
y que el latido permanezca
deja que llueva,
deja que llueva hoy.
II
Deja que amanezcan los poblados en grises,
que el pecho respire y se aventure
a fenecer sobre los sapos.
Deja que la afiladura de las lenguas
nos degüellen festivamente
sobre los vasos rotos
y el lúpulo gaseoso de la ironía.
Deja que el ojo del huracán nos absuelva
y que parta con el dolor
la ignominia que nos azota
con su máximo sucio poder
y sucumbamos
bañados en llanto
Para que llueva,
Para que llueva siempre.
SUICIDIO CON MANO INVERTIDA
Abrazar la tregua con intensidad
cerrar los ojos y prender nuestra luz
entre las tinieblas amordazadas
que rodean el dolor ahogado y penetrado
por la ternura abusiva
con el amor tuerto que se inunda
en nuestras manos.
Seguimos lloviendo a través de la ventana
somos tormenta, rayo y granizo
contundentemente mareados
precisamente certeros
cometiendo suicidio
con mano invertida.
CEMENTERIO
Me asomo estática eternamente al portal de tu vacío infinito
a la insatisfacción de tus paredes y humedad
y me quedo allí, hablando quedito mi amor
que se me enmohece en el sol y la sombra
de este cementerio al que me has confinado,
estando aquí
estando aquí siempre.
Los pájaros negros deambulan tu nombre
extienden sus hermosas plumas en el cemento
de mis lágrimas
pensando yo que con los días me dolerás menos
pero solo se pegan a mis manos, las flores, el paso
en constante movimiento
petrificado,
por el miedo y sus desiertos
de perderte en constante movimiento.
DIOSES-DEMONIOS
El poeta es un pequeño dios.
VH.
Descender de los infiernos, volar por los cielos
engullir las hieles resbaladas por las espaldas
de los traidores sin ojos ni memoria;
parapetos graciosos de su propia ignominia,
buitres silentes sobre árboles sin futuro,
gangosos de asma, congestionados de envidia.
Hacínense, júntense, sóbense y celébrense
con sus lenguas babeando de mierda,
con sus ojos tuertos de mierda,
con sus manos embarradas de mierda…
mientras nosotros conocemos el canto de la noche y la absoluta soledad,
el dolor del frío y el hambre
donde la poesía nos construyó: demonios gemelos
hartos de la candidez y repletos de luz transparente.
Carroñen y diviértanse.
Nos ha acariciado la mano de la muerte y la de la ternura,
decidimos trascender y perpetuarnos,
permanecer espejos intactos,
en la violenta ternura… como dioses, como demonios.
CAVILANDO
Me anduve pisoteando las enaguas
a través de las horas en las que cavilé y excavé
el fondo de mis hogueras,
así me descubrí despierta,
guerrera de los días y las noches, soy,
diosa de mis sueños y mi amor
Libre,
tambor consonante de los días,
tz´ikin volando impertinente en los aires de nadie,
en los aires de todos.
Soberbia,
hormiga roja y negra hambrienta con memoria y sin miedo,
Feliz,
secuela de lucha y constancia,
herida sonriente,
subidas y bajadas, camino, camino.
Me quedé despierta cuando niña,
después del hambre, la soledad y los golpes.
Yo nací desde entonces diosa
para no dormirme jamás.
VERDUGA
A mí me gusta ser veneno punzante,
líquido dolorido de la noche y sus cuervos
iluminados por el hambre de los recuerdos,
que son eso: recuerdos.
Según me mantengo informada,
soy verduga sin capucha e impredecible,
me gusta ver reflejados mis ojos
en los ojos de mi próxima víctima,
que bien dejo caer la yunta del pecho vacío
o cargo la fusta a redoble y parto el viento en
mil palomas catedrales,
desbandadas en caminos
de idas y llegadas.
Esta es mi cárcel,
la ciudadela repleta de alas y libertad,
mi concierto de 8 ojos bailando borrachos
con mi fastidiosa risa
mi inútil felicidad
mi desgraciada plenitud…
“las mujeres debemos obedecer…”
bienhechora diosa que establece
con su látigo insolente, el punto de miel purgante
que distingue el bien y el mal:
ya fui bendecida por tu sentencia!
Eso es el exilio,
soy hija de una fantasma
de esa fantasma, que me enseñó la ternura del veneno
y también la sangre ácida del olvido.
Yo también lloro,
también río,
pero ya no me reflejo en tus ojos.
1977, fotografía, Guatemala Ciudad, poesía
18 de enero de 2011
Te voy a ser franco, no he leído todo tu trabajo aquí publicado sin embargo lo que he leído me ha encantado, mis más gratas felicitaciones y ha poner las letras y versos guatemaltecos siempre bien en alto, yo también tengo la fortuna de estar publicado aquí en TPA y pues me parece un portal ideal para encontrar tan bellas joyas poéticas como tus escritos. Saludos.
26 de mayo de 2011
la verdad me dejaste maravillado con tus escritos jamas pense estar en tal sintonia ocn alguien en su forma de escribir sos lo mejor segui asi sos todo un orgullo guatemalteco. quisiera saber si tenes correo o facebook yo aparesco como jose tello en facebook y publique algo en te vendo anraquia en face book espeor poder contactarte ,me encanta como escribis.
http://www.facebook.com/group.php?gid=27546878731
26 de mayo de 2011
http://www.facebook.com/profile.php?id=100001902665510
este es mi perfil espeor podamos compartir pensamientos sos un pequeña diosa.
20 de enero de 2013
Impresionante…si de algo estoy convencida es de tu enorme capacidad de crear y transformar tu ilusión en un discurso coherente y deliciosamente maquiabelico.
Felicidades, Nesha.