de una selva de vocablos se desprende un temblor minimalista que remueve los cimientos de los llamados a ser indómitos
ALMA (SOSTENIDA EN EL AIRE ARMÓNICO)
¿Sin hablar del tiempo,
cómo organizar una rutina libre
y viajar por el aire?
Como las notas de un saxofón
que, poseídas, reducen la sabiduría
de años de viajar, filtrando el frío,
para aprender del aire.
¿Cómo improvisar un drama real,
palpable, tal vez desnudo,
sin su traje de hora,
obligado a morir atado,
envuelto en el aire?
Pensar que una vez al piano
murmurabas tu ingenio,
con melodías dulces y certeras.
¿Cómo reconocer, embriagados,
la magia que esconde tu alma
y se pierde en el aire?
Con cada trago lloras
y los suspiros te sugieren un aliento.
¿Por qué no se apaga con el vino
ese sustento de recuerdos perdidos?
¿Qué hacer cuando paras,
a dónde ir si se acaba
el soplo de nostalgia,
del que emana tu aire?
FUGAZ
Y a ti,
Como si fueras una más,
Otra igual entre tantas,
No te dije nada.
―Te acaricié
Con mi desaire,
Traicioné tu dulzura,
Bebí de tu indiferencia―
A ti,
A quien destrozaría
Mi amor de calabozo,
No pude decirte nada.
No pude decir nada,
No puedo decirte nada,
No quieres que diga nada.
Soñemos.
DE LA CONCIENCIA
Lavar la conciencia;
Pulirla y embellecerla;
Maquillar su imagen; adornarla;
Vestirla de santidad;
Insinuarla ante la lujuria y el amor;
Esconderla de los vicios y las virtudes;
Contradecirla para confundirla;
Engañarla y arrastrarla
Hasta el más podrido rincón
De la palabra;
Encerrarla y sodomizarla
Hasta que implore,
Entre gritos, llantos y remordimientos,
Piedades, amores y verdades
Que de mi pluma no saldrán.
Yo callaré y ella esperará,
Cansada pero pulcra
El instante en que estallará
Y se mostrará cómo es;
De vileza atroz;
Rencorosa y justiciera.
No podré escapar
De su desfloración, me derramaré
Por suelos de lodo,
Seré verdades ocultas,
Seré complejos y traumas amontonados;
Seré paranoias sucias recurrentes;
Seré sudor de razonamientos exhaustos
Y todos lo sabrán;
Me mostraré tal como soy.
LLUVIA DE VERANO
Los colegios abandonados
se tiñen grises
bajo un cielo espeso y amorfo.
Nubes y paredes, con el viento en contra,
se otorgan personalidad,
fundiéndose en un ruido de gotas,
de choques fríos de verano,
que saltan en su recreo,
obligados, por la voluntad de poder
caer, bailar y jugar,
sobre un patio de ríos secos,
con heridas de lluvia,
sin la euforia de otros tiempos.
Cuando el destino existía
y la vida eran risas jóvenes,
gritos y juegos inocentes;
Cuando se paraban las horas
y los minutos se contaban en dichas
y nadie temía a los días;
Cuando se tomaban de la mano
las consciencias sedientas
de letras y normas ―principios del ser―.
Cuando éramos niños con suerte
en un mundo azaroso,
que nos regaló la alegría
que le arrebató a otros.
MAYO
Frío, dolor y vida;
Agua, poesía y disonancias;
Pasos, ojos y silencio;
Murmullos, histeria y soledad;
Sospechas, disimulo y frío;
Verde, suciedad y peste;
Espuma, sonrisas y dolor;
Ruidos, pérdidas y recuerdos;
Escondites, retorno: vida.
22 de diciembre de 20101986, Collado Villalba, Huehuetenango, Madrid, poesía