…y él, asido al viento, habló así: veo lo que dices y escucho lo que veo, la presición humedece mi cerebro y las puertas siempre están abiertas
Le decimos Don Maquito, dijo una señora, y se encarga de limpiar la playa del hotel todas las mañanas desde hace cuatro años.
1978, España, fotografía, Guatemala Ciudad, Madrid, narrativa, sin ctrl