Hécate mira a las aguas y en el reflejo hay versos que flotan en sus cuatro puntos cardinales
[VANESSA ALCAYAGA]
LA MALDAD
Allí en el abismo
donde comienza tu cuerpo…
yacías inerte, pasivo
las aves carroñeras picoteaban entre tus entrañas
acarreaban tus vísceras, sangrantes…
Mi caminar me llevo allí
mi cuerpo apenas sí, húmedo apenas sí, desnudo
verte… saborear esa escena
acercarme, olerte…
la fiera interior sucumbió ante
ese bello encanto, tus ojos
se abrieron y se depositaron en los míos
presa de aquél, con desencanto
me incliné y mordí,
algún gemido escuche desde el inframundo
aquella parte abierta, sangrante
la excitación de tu elixir, tu cuerpo moribundo
me llevo a poseerte, en tu agonía
follé tu cuerpo y maté tu alma.
en un beso, en un último orgasmo.
No vienes y te dejas
te quedas
te ausentas
no preguntas, no decides
inconforme talvez
cómplice o no
de lo que no hay
lo que no tengo
lo que te llevaste
o sólo el sorbo
de los instantes
de los que pienso
de los que hablo
de los que quiero
para retenerte
si retenerte
aquí en mi mente
en mi abrazo dolido.
LA CREACIÓN DEL MUNDO
En tu regazo cuéntame
cómo inició el mundo …
y cuándo nuestra luna madre parió dos lagrimas, se creó el mundo
las montañas, los ríos y los lagos, el pastal, el animal
y con la tercera lágrima, ella, Hécate.
Formada ella, se hizo un sordo silencio,
su mirar ausente,
su piel morena era bañada con la brisa del viento
sus caderas anchas y sus pechos formados como gotas de rocío
sus piernas torneadas como el torno de un alfarero
la cabellera crispada, morena y engalanada de rizos
largos y largos como los montes.
Cuando ella alzo la vista
dio un grito ensordecedor…
allí iba él, hermoso como el tiempo y eterno
oscuro y tan atractivo como la noche.
Su caminar, su eternidad…
no oyó los lamentos ni el grito hizo estremecer su corazón
no volteó a ver y así, ella pasó la eternidad,
con sus lágrimas causó penurias, desencantos
sin que nadie leyese jamás su corazón.
* * * * *
¿Qué hacer
cuando le busco entre los bolsillos
a la ignorancia de no estar
de quererte, quererte
de extrañarte más de lo que debería
de ausentarme en tus arranques
de pedirte certeza y saber que posiblemente
no volverás…?
¿Qué hacer
si en enredos me enredé
ya en tu presencia última y final
y aunque la fecha dice
que estos días no vendrás
yo querré quererte mas… y demás?
Siempre serás esos tres puntos
tres puntos que me indican un posible
un talvez o un quizá, todo un si o
un rotundo no.
Sí, el arte de enamorarte se perdió entre ti.
* * * * *
Pasé tanto tiempo sin verte…
Sin embargo, no olvidé
el olor de tu cuerpo / lo suave de tu piel / el cuarto
en el que algunas veces desperté
No olvidé
el tono de tu risa / el brillo de tus ojos / tu ser ….
12 de febrero de 2009
1976, Guatemala Ciudad, poesía
14 de febrero de 2009
Muy bueno, me parece interesante como muchas veces se puede identificar una visión generacional.
Felicitaciones a Vanessa y una reverencia a vuestra mercé!
14 de febrero de 2009
Gracias por tu comentario. Hécate.
18 de febrero de 2009
Mientras se pasa de nube en nube… hay ilusiorias tardes y amaneceres… entre esos lugares se observa el olvido que no llega o con el cual sólo se conversa de su qué hacer.
Muy interesantes estos escritos.
Un saludo.
28 de enero de 2010
Hola Vannesa, expectaculares versos. Todavia espero por ti, saber como estas y que es de tu vida.
Desde Chile con mucho cariño.
Rodrigo
20 de septiembre de 2010
Muy interesante tu propuesta, seguro comparto tus escritos, muy buenos. Que estes muy bien. Saludos