Dame tu atmósfera, tu voz clareada,
tus manos morenas de soles compartidos.
Dame la flor de tu mirada,
deshojada en cada beso, perfumada
en cada paso acompañado.

Nuestras sombras unidas son la luz
y primaveral poesía caída en cascada libre, emocionada.

Dame la vida.
No quiero morirme
a pesar de que mi aorta esté extendida
sobre la anchura del dolor de mis hermanos:
oprimidos, subyugados,
adoloridos, inmensamente humanos.

* * * * *

Tengo un alma enorme y sonrosada
para amarte silvestremente,
y para sentirte fuertemente
asido a mi antigua nostalgia
que se hace vaga
en el fondo transparente
de tus ojos profundos.

* * * * *

Ese dolor
que siempre está
acosando la tranquila
forma de mirarnos
en el otro,
ese dolor,
hace más duro
el verte lejano
y sentirte a veces
escondido en tus pestañas
mientras mi corazón
con su latir,
golpea fuerte la puerta
de la conciencia de la gente
para que vean,
para que comprendan,
para que se lancen
como tú y como yo,
a la lucha del amor sobre la muerte.

* * * * *

Pronto
vendrán millones de aves
a picotear alegres
las conciencias de los gorilas,
y los gorriones y palomas al viento
contarán del verde que ha engendrado
el rojo luminoso
de la aurora que se viene.
¿Cúando?
¿Cuándo seré manso río andando,
caricia tibia y tranquila?
¿cúando seré simple margarita
o palabra amena en buena boca?
Nunca.
Naturaleza ha sido generosa conmigo
dándome un corazón enorme
para quererte
y ser,
mar tempestuoso,
intensa y ardiente caricia,
grito violento que despierte…
te digo,
vamos a ser trueno gigantesco
que conmueva al mundo,
vamos a ser trueno gigantesco
que convertido en lluvia, bese al mundo.

* * * * *

Camino por la calle cada vez que me levanto
y pasan junto a mí miles de seres confundidos.
Y cada vez que me pregunto quién de ellos vive libre
en mí, dentro, sufre un corte mi corteza
y se levanta la sangre en polvorosa rebeldía…
y las noches y los días pasan.

Camino una tarde ennegrecida por el humo de los escapes viejos
de esos autos y esos buses siempre en rutas y sin fines,
abro mis ojos frente a niños maltratando a quienes pasan
sin aceptar que un poco de brillo pongan ellos en nosotros.
Y se hace larga la espera a la respuesta…
no se ven más que mil gentes, dispersas todas,
perdidas todas, anhelantes todas,
calladas unas ―las más tristes―
otras armando relajos ―las más agresivas―
otras regateando precios ―huella miserable, mala costumbre―
y las otras en sí mismas, buscándose ciegas en espejos costosos.

Y miro, al seguir, árboles con señales de tortura centenaria,
postes de alumbrado en avenidas del centro,
minutos más: una zona marginal sin ventana al cielo, sin indumentaria
sin credenciales, sin agua, sin clarines y boutiques…

Camino y el dolor camina en mis arterias,
rotula en mí la aurora una esperanza que grita desde el centro:
LEVANTATE VOS, mirá que es cierto:
dos mundos nos contemplan, decidí:
con estos o sin nada,
implacable en el acento me decido:
voy con vos, alma agotada, jamás vencida,
junto a la esperanza, ¡VENCEREMOS!

* * * * *

Esperar. Volver a abrirse venas y recordar,
saberse un silbido, un abrazo lejano,
un reír hondo y profundo.

¿Cómo estás? Pensando en todos,
sintiendo ahora más, ahora sí, ahora de cerca,
el estar “a salto de mata”
pero amando la libertad y los días que ya se sienten.

Yo estoy aquí,
Saliendo un poco de mí.
Acudiendo al encuentro del recuerdo
y del murmullo suave de un pasado
que renace fuerte, sólido,
mucho menos confuso, más cariñoso
en los pasos de todos, caminando.

*NOTA: Poetisa guatemalteca, secuestrada y desaparecida en 1981 por el Ejército de Guatemala, siendo combatiente guerrillera de la Organización del Pueblo en Armas, ORPA.