ha visto marchitarse las flores en el florero y la vida perderse en el tiempo como reloj agonizante
[DAISY CÁRDENAS]
ARDIENTES MOMENTOS
Flor fragante
de pájaros y lunas
de noches intensas
de cuerpos chimeneas
de ardientes despertares.
Arrebatos y locuras
lunas que son pétalos
pétalos sobre tu piel
unos rojos
unos blancos
de mil colores más.
Pétalos
que el viento arrebata
que da y quita
que van y vienen.
Intensas noches de luna
noches intensas sin luna.
Leños que son cuerpos
ardiendo entre lunas
y en noches sin luna.
Aunados a cenizas.
HARAKIRI
Un sentimiento atroz
oprimía mi pecho
la culpa.
Inevitable
latente
impune
podrida.
Permanecía inerte
sola
vacía
casi muerta.
Me retorcía de miedo-culpa
me llenaba de vómito-culpa
arañaba mis entrañas-culpa
me escupía-culpa.
Culpa-culpa-culpa-culpable-execrable.
golpeaba mi cabeza,
hara-kiri, hara, hara, harakiri.
De rodillas
me desnudé
desnudé mi culpa,
confesé
me odié.
Tomé una daga
y me la hundí en el vientre.
De izquierda a derecha,
sangre, roja, libre.
Expiación-culpa
perdón-culpa
y al final
un suicidio,
premeditado de antemano
por quien siempre me culpó
yo, solamente yo.
ZANCUDOS-PALABRAS
En un papel en blanco,
mil zancudos garabatearon
la danza ritual de mi mente.
El inconsciente afloró
pausada y gradualmente;
así me dejé llevar por la emoción.
Escribir y perderme en el Universo
de las letras y signos punzantes
de los zancudos-palabras,
mientras…
el papel temblaba en mis manos
y su trepidante temor
impedía escribir en él,
pero…
poco a poco
fui extrayendo la sangre
para matarlo de una vez
con un dibujo o quizás un verso.
RETRATO ESQUIZOIDE
Infinidad de moscas
corroía mi mente
volátiles
sucias
hambrientas.
Una danza sin fin de ellas
un olor purulento
carne podrida
cascabillos recién usados
un suicidio premeditado
el mío.
Miles de hojas por doquier
palabras
palabras
y más palabras.
Poesía
la muerte del alma
poco a poco
muriendo sobre un papel.
Moscas y más moscas,
rondando sobre mi cabeza,
pensamientos
sensaciones
un suicidio poético.
Al final de la línea
un punto.
PLACER QUE CORROMPE
En el mercado,
hediondez de pechos sudados,
escarabajos de hombres maltrechos,
escandalosos mancebos,
verduras podridas
de pasadas noches.
Placeres olvidados
en las cantinas,
labios, piernas, hocicos
y perros.
Mordisqueo ensalivado
de placeres olvidados,
jadeos fingidos
de fantasiosos amores.
Mientras la noche pasa,
la embriaguez avanza
y el placer corroe
al metal más recio.
El cuerpo se vuelve dúctil,
las ideas se escabullen
y el líquido blanquecino
se derrama,
sobre los cuerpos flácidos
de pasadas noches.
Cuando el animal
se ha bebido a su presa
la escupe
la vomita
y la noche termina
en aquella cantina.
15 de octubre de 20081968, Antigua Guatemala, poesía
21 de octubre de 2008
Estimada Daisy:
¡Qué maravillosa fuerza de la precisión! Parafraseando a un tal WA Mozart, pero en este caso acerca de las palabras y no las notas, “Ni una de más ni una de menos, exactamente las justas”.
Estoy impresionado y me gustaría leer más.
Saludos,
Julio E. Pellecer S.
21 de octubre de 2008
Es increible el ritmo en la poesía de Daysi Cárdenas, y esa fuerza descarnante que arroja su voz como un fuego que late en los cuerpos y los calcina.
04 de noviembre de 2008
Impresionante. Ay! la pasión que sabrosa es…
LEslye Tánchez
09 de junio de 2010
mira donde te encuentro… y otra vez dejame decirte que me llenas de sentimientos, sos genial…
22 de mayo de 2014
HOLA DAISY, DESPUES DEL TIEMPO DECIDI DE CONTACTARLA,
EN UN TIEMPO FUIMOS AMIGO ALLA AL HOSPITAL DE LA ANTUIGUA.
ME GUSTARIA SABER DE USTED
JORGE CASTILLO