en la sombra de un pez escóndense sucesos ávidos de luz en travesías de sabor poético
LA ESPERA
Dieciséis horas frente al espejo,
la vista fija en el reflejo de sus ojos casi transparentes,
su silueta traslucida,
cual holograma perverso al acecho de sus miedos,
con el pelo enmarañado
y el rostro descuidado
absorto, ensimismado, meditabundo…
Esta espera irrita su
divaga por el tiempo
viajando de ayer en ayer
en busca de un hoy…
Recorre su reflejo de arriba abajo
nada ha cambiado…
sus manos siguen siendo las mismas,
las violentas,
toma su reflejo por el cuello
en un acto de astucia…
la demencia no es tan simple…
la ira se apodera del reflejo
y la expresión en su rostro desespera,
rompe el cristal con su puño
y el reflejo se pierde en fragmentos de risas burlonas
que hacen eco en las paredes de su misma habitación…
cae al suelo de rodillas y su reflejo hinca los gritos por el…
el silencio flota inundando el lugar,
sostenido sutilmente por el humosu reflejo se incorpora…
es una espera de lo desconocido,
piensa para sí, mientras sus lagrimas besan el piso azul…
duerme…
sueña…
evade…
espera…
DESPOJOS (NOMBER UNA)
Eyaculación precoz de ideas germinadas en la lengua;
las manos recogiendo las letras sueltas
que caían a mendrugos sobre la fría losa
de una morgue clandestina;
El idilio de una noche tempestuosa
agobiando los ojos rojos del vigía;
un suspiro palúdico, débil, casi sordo…
unas manos frías,
frías, casi invisibles…
lagrimas apiladas en un llanto inmóvil
amontonadas cuidadosamente,
dispuestas en fila india,
aguardando la llegada de la misericordia errante,
vagabunda, indigente…
El sol se fue apagando lentamente,
como en cámara lenta,
lenta, casi en retroceso…
la oscuridad abrió sus alas
para recibir mi muerte enmascarada de miedo,
de convicción atenuada,
de ideas precoces eyaculadas en orgasmos espasmódicos
con un toque sutil de mi demencia ensimismada,
oculta, lista, presta y dispuesta,
tan dispuesta como puta en noche {buena}
como buena puta…
como puta buena…
tu cuerpo huele a esperanza fermentada en unos ojos ajenos
que nunca más volvieron a verte…
mi cuerpo apesta a carne fétida, desde aquel día,
en que los zopes me comieron los ojos…
SINFONÍA DE TRAZOS No. 1
No existe la grandeza en la inconsciencia
caminar siguiendo huellas inasequibles,
inalcanzables, casi invisibles…
Respirando la ansiedad de la miseria que se deleita en el dulce pecado
de devorar tu carne suavemente…
Abrir los ojos lentamente
y entender a las sombras que deambulan
zigzagueantes
por el laberinto de caminos azules…
No existe la grandeza en la conciencia,
tan solo respirar el aire asfixiante que aplasta mi pecho,
ideas absurdas de vida lineal y muerte reciclada…
inconsciencia tatuada en el andar de mis pasos torpes,
en el juego de mis manos que descubren sin prisa
tu ausencia…
tu espacio vacío
tu piel mojada en tristeza…
No existe la grandeza en la inconsciencia
tan sólo existe,
este zumbido que me mata…
1979, Guatemala Ciudad, poesía
13 de agosto de 2008
La travesía de un pez luz que nos infecta de alucinaciones, con espera de relojes y múltiples despojos de nivel nomber one, explotando nuestras narices en una sinfonia de trazos aromáticos y los ojos en cavernas de sopa de bicéfalo. Bien, bien compañero! desde las tierras de las brujas, se le saluda.
21 de agosto de 2008
Pocas cosas se pueden decir, cuando el demiurgo juega con su existencia, el hombre seco y desencantado, malogra su ser reptando entre esquinas, el verso afecta la oscuridad y ésta late como embrión al abortarse; así la voz me define el laberinto de caminos azules, alucinaciones, infectado, letras calcinadas, la espera de deiciséis horas frente al espejo, los despojos que se marchan en una sinfonía de zumbido que mata mis oídos, sin palabras, reconozco tu sombría poesía.